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.Por sobre todas las cosas, lo primero sería mejorar el nivel de vida delpueblo al máximo posible, pero de acuerdo con las condiciones y las posibilidades reales de Cuba.El modelo de desarrollo que el Che concebía debía ser de tal tipo que costara al pueblo nada másque lo necesario.Pero había cosas innecesarias, que no eran imprescindibles para la vida, y quesin embargo se habían entronizado como hábitos de la sociedad de consumo norteamericana quesólo cumplían dos objetivos: como efecto imitación y para inflar las importaciones de Cuba comopaís subdesarrollado.Mientras que estos patrones de consumo típicamente neocolonialistas preva-lecían, había 500,000 cubanos sin empleo, y no trabajar significaba no comer o comer muy poco, loque hacía que hubiera miles de cubanos presa de enfermedades y prácticamente en la miseria.Los500,000 desocupados significaban el 10% de la Población total de la Isla, pero quedaban otros300,000 que estaban subempleados.El caso más significativo y a la vez trágico era el de los obre-ros azucareros  casi 300,000 que trabajaban sólo una parte del año.Dentro de ese conjunto, losque peores condiciones sufrían eran los obreros agrícolas, con sueldos muy bajos y que pasabanuna gran parte del año sin ningún tipo de trabajo.Por lo tanto, se planteaban dos prioridades a re-solver por el Gobierno Revolucionario: la primera, el desempleo; y la segunda, el subempleo.En la primera etapa, la Revolución debía ser capaz de garantizar que todo el mundo comiera y sevistiera decentemente, aunque fuera de forma modesta.Además, asegurar que el pueblo recibierala asistencia médica y la educación de forma gratuita.Estos serían los objetivos inmediatos y aellos habría que dedicar cada centavo en divisas que fuera capaz de ahorrar el país.Luego el Chese adentraba en un problema crucial, cuál sena el esquema de desarrollo a adoptar en las condicio-nes concretas de Cuba.Había dos caminos, el tradicionalmente bien conocido de la libre empresa,donde todas las fuerzas económicas se dejaran actuar libremente bajo un supuesto igualitario ydonde todas las empresas privadas compitieran entre sí para provocar el "desarrollo" del país.Eseera el esquema que había operado en la Cuba neocolonial y cuyos resultados eran bien conocidos.El Che calificaba de monstruoso ese esquema que había encadenado al pueblo por medios econó-micos sin que este se diera cuenta de nada.Ponía ejemplos de todo tipo para demostrar la forma en que se habían enriquecido unos cuantos a costa del pueblo, en muchos casos con dinero delEstado en forma de préstamos con bajos intereses.Además del dolo manifiesto con el único interésde robar, también la libre empresa, cuando se desarrollaba a mediana o pequeña escala, terminabacon una gran cantidad de fábricas paradas.Las razones resultaban obvias, por un lado las peque-ñas fábricas de capitalistas cubanos con muy poco capital tenían que competir con las grandes em-presas monopolistas, y cuando se les presentaba algún competidor de ese tipo, bajaban sus pre-cios.En términos comparativos a esos monopolios les costaba muy poco la eventual rebaja de losprecios, pero una pequeña empresa se arruinaba en pocos meses.El otro caso era típico de laanarquía capitalista imperante en Cuba.Como en todo sistema de libre empresa, cuando un indus-trial invierte en una fábrica y le va bien, viene otro tentado por las ganancias y pone otra, e igual-mente puede venir un tercero, y un cuarto.Y el resultado es que de pronto existen cuatro fábricasdel mismo producto tratando de competir en un mercado que sólo admite la capacidad de oferta deuna sola de ellas.Al final lo que se produce es la paralización de una parte de estas industrias conel consabido despido de sus trabajadores.ENSEÑANDO Y APRENDIENDOVisto el fenómeno desde la posición de la clase obrera, el Che explicaba las implicaciones de esteproceso de una forma muy simple, pero con profundo contenido económico, y a la vez didáctico; aldejar hacer que las fuerzas económicas luchen entre sí, el obrero tiene que ir a venderse comofuerza de trabajo, en competencia con el obrero cercano que también tiene hambre y también sevende.Lógicamente el capitalista siempre está presente en este apetecible mercado, listo paracomprar este tipo de mercancía al precio más bajo posible, y como casi siempre hay un obrero quetiene más hambre, o es más débil que los demás, o traiciona los intereses de su clase y claudica,pues acepta trabajar en esas condiciones [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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